El conflicto social no es anómalo, en realidad, no es por definición ni bueno ni malo, es una consecuencia histórica y social natural de las relaciones sociales. Es decir, el conflicto expresa una forma de relación social universal, lo que permite distinguir el conflicto como contenido de las relaciones, de la interacción misma, sus circunstancias de tiempo, espacio o las particularidades del episodio (Simmel, 1977). En algunas de sus manifestaciones el conflicto puede comportar serios daños a los intereses de uno o ambos grupos sociales participes de él, según los criterios particulares de juicio residentes en cada grupo. En otras ocasiones, el conflicto puede aparecer, nuevamente de conformidad con los criterios persistente en los respectivos grupos, como algo socialmente constructivo. En cualquier caso, el conflicto social, derivado de situaciones de divergencia, es el principal motor de las transformaciones y cambios que viven las sociedades, sean ellos para bien o para mal.
Las relaciones entre divergencia y convergencia que, de acuerdo a las teorías sociológicas tradicionales, son expuestas en términos de sus efectos, es decir de conflicto o cooperación, no son nunca dicotómicas. Existen, de modo afir mativo, unos vínculos contradictorios entre convergencia y divergencia, o entre conflicto y cooperación, lo cual no significa una relación bipolar, donde se trata de dos entidades o fenómenos sociales opuestos, distintos y autónomos entre si. Siendo fenómenos sociales que poseen una conexión dialéctica, son diferentes y a la vez interdependientes, pues se influyen y determinan entre si, conteniendo cada uno de ellos elementos recíprocos del otro. Y, por ello, precisamente, puede advertirse que la convergencia, es un estado al que se arriba como consecuencia de la diversidad y del conflicto social y viceversa. Ya sea porque se quiere evitar o prevenir las consecuencias del conflicto, lo que lleva a un estado de convergencia, o debido a que la divergencia y el conflicto emanado de ella han derivado, luego de su tratamiento, en una situación de convergencia donde prima la cooperación. Es más, la paz, como situación idílica de cooperación y unidad social, ya contiene en su vientre las condiciones necesarias para desatar el conflicto social, tal como la realidad empírica y la historia lo han demostrado de manera fehaciente (Simmel, 1977).
Por German Silva Garcia
MAPA MENTAL
¿Qué es el conflicto en los seres humanos?
El conflicto tiene muchas funciones positivas en nuestra vida personal como social, nos ayuda a no quedarnos estancados, despierta el interés y la curiosidad, es una base del cambio personal y social, nos ayuda a fortalecer las identidades individuales como grupales, a aprender mejores modos de enfrentar los problemas y respetar los puntos de vista de las demás personas construyendo así relaciones más duraderas, nos ayuda a conocernos nosotros mismos y a los demás.
Hay que tener presente que el
conflicto puede tener su lado positivo y su lado negativo, todo depende de cómo
lo asuma cada ser humano.
El
conflicto también puede tener su lado negativo y puede generar un círculo
vicioso llevándonos a situaciones hostiles.
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