Tendemos a personificar los conflictos, esto es,
en lugar de enfrentar el problema común, comenzamos
a considerar que el otro sujeto es el problema, de allí que remplazamos
la discusión y el análisis de los asuntos sustanciales que nos ponen en
contradicción y pugna, por las generalizaciones y los estereotipos,
distanciándonos mutuamente.
El conflicto surge cuando las partes perciben que uno o varios de los fines, propósitos, preferencias o medios para alcanzarlos, se encuentran amenazados por las actitudes o acciones del otro. Así se construye también la idea de contraparte, del adversario, del enemigo.
LA ESTRUCTURA DEL CONFLICTO
Problema: Determinar qué es lo que está en
juego.
Personas: Determinar cuáles valores y
emociones entran en juego.
Proceso: Cómo evoluciona el
conflicto (Escalada/desescalada)
LA LECTURA RACIONAL DEL CONFLICTO
Se requiere separar las posiciones -aquellas que se
asumen como primera
expresión en el lenguaje y en los signos de
combate- de los intereses y
descubrir a través de estos que necesidades se
están satisfaciendo:
Requerimos recolectar y clarificar las
informaciones, poner a prueba nuestros
supuestos e identificar los niveles superiores
(para desescalar y “gestionar” el
conflicto).
Algunas de estas necesidades poseen un contenido
innato, primario, son
condiciones per se de la existencia misma: el sexo,
la alimentación, dormir, etc.
De ellas se derivan todas las demás necesidades.
Tal como señala el epígrafe de este apartado: Las
necesidades son múltiple e
interdependientes, y es corriente que se asocie su
presencia con el desarrollo
de las culturas.
EL CONFLICTO ES PROCESUAL: LAS ETAPAS DEL CONFLICTO
Competitivo: Cuando cada parte
quiere solo satisfacer sus propios intereses sin medir el impacto que tenga
sobre los otros, para lo cual busca alcanzar acciones rápidas y decisivas.
Colaborativo: Cuando la intención de las partes es resolver el conflicto mediante la aclaración de las diferencias en lugar de tratar de imponer sus propios puntos de vista; esta actitud busca establecer soluciones de largo plazo y obtener decisiones
consensuadas.
Evasivo: Cuando alguna de las partes reconoce el conflicto, pero desea retirarse, por cuanto el asunto le parece trivial o tangencial, o bien busca enfriar o reducir las tensiones y recobrar serenidad.
Arreglo con concesiones: Cuando cada parte procura ceder en algo, aceptando, bien, que sus metas son moderadamente importantes, o bien, que no tiene tiempo.
Complaciente: Cuando algunas de las partes desean apaciguar a la otra sacrificando incluso sus propios intereses, o bien reconociendo sus propios errores.
Referencia: Elementos para una Teoría del Conflicto
Por Jaime Ruiz Restrepo
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